Crisis ambiental

Agenda

Violencia política

América Latina es la región más peligrosa del mundo para ser activista. Al menos 212 defensores de derechos humanos fueron asesinados el 2017. La forma de lograr que activistas y autoridades políticas puedan entregar propuestas para crear mejores sociedades, impulsar procesos sociales e inspirar reales cambios políticos, es con una cultura de la protección.

Los altos niveles de violencia política y sus nuevas formas de acción representan un obstáculo concreto para una participación política efectiva. Por ejemplo, el asesinato contra Marielle Franco marcó un precedente en la historia, donde la agenda ciudadana llenó las calles de denuncias y exigencias contra los feminicidios y crímenes de odio.

Cada vez son más los atentados cometidos por gobiernos autoritarios en nuestra región que no han sido resueltos o castigados los responsables. Esto ha desatado olas de violencia que amenazan nuestros derechos. Nuestra sociedad debe tener un sistema de gobierno que reivindica la diferencia, siempre, sin excepciones, dentro de un marco de respeto a derechos fundamentales. Un sistema que nos enseña el poder del diálogo, del entendimiento, e incluso de ceder cuando corresponde. Que crea mejores vidas, más justas, con más derechos e igualdad.

En Colectiva analizaremos los nuevos contextos en que operan estas estrategias, así como experiencias de denuncia y resistencia para contrarrestar la violencia política en la región.

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Violencia política

América Latina es la región más peligrosa del mundo para ser activista. Al menos 212 defensores de derechos humanos fueron asesinados el 2017. La forma de lograr que activistas y autoridades políticas puedan entregar propuestas para crear mejores sociedades, impulsar procesos sociales e inspirar reales cambios políticos, es con una cultura de la protección.

Los altos niveles de violencia política y sus nuevas formas de acción representan un obstáculo concreto para una participación política efectiva. Por ejemplo, el asesinato contra Marielle Franco marcó un precedente en la historia, donde la agenda ciudadana llenó las calles de denuncias y exigencias contra los feminicidios y crímenes de odio.

Cada vez son más los atentados cometidos por gobiernos autoritarios en nuestra región que no han sido resueltos o castigados los responsables. Esto ha desatado olas de violencia que amenazan nuestros derechos. Nuestra sociedad debe tener un sistema de gobierno que reivindica la diferencia, siempre, sin excepciones, dentro de un marco de respeto a derechos fundamentales. Un sistema que nos enseña el poder del diálogo, del entendimiento, e incluso de ceder cuando corresponde. Que crea mejores vidas, más justas, con más derechos e igualdad.

En Colectiva analizaremos los nuevos contextos en que operan estas estrategias, así como experiencias de denuncia y resistencia para contrarrestar la violencia política en la región.