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Crisis ambiental

América Latina posee la mayor selva tropical y la mayor biodiversidad del mundo. Sin embargo, toda esta riqueza está amenazada por la destrucción de bosques y ecosistemas con la expansión de monocultivos, grandes proyectos de energía y una economía basada en el extractivismo.

Una cuestión clave para el futuro de la humanidad son los efectos del cambio climático. En el contexto internacional, varios países latinoamericanos son de gran importancia en la construcción de un nuevo acuerdo global que es imprescindible para contener los efectos de ese fenómeno. Por otro lado, mientras países como Brasil y México están en el grupo de los mayores contaminadores del mundo, grandes potencias y grupos políticos recogen discursos que desconocen la emergencia que enfrentamos.

Actualmente estamos ante una crisis ambiental sin precedentes, donde la acción humana está llevando el planeta al límite y amenaza la subsistencia de comunidades y culturas arrasando con su entorno. Junto con eso, jóvenes que defienden la tierra, el ambiente y el territorio, viven bajo amenaza y se les niega la participación en decisiones que afectarán su futuro. El Acuerdo de Escazú fue un esfuerzo inicial regional a mayor y mejor participación ciudadana, pero aún falta mucho para lograr consensos desde lo local y lo regional, y mover a la ciudadanía hacia demandar acción de los políticos y las empresas.

Trabajaremos en estrategias e ideas para potenciar su trabajo y resguardar su integridad en la defensa de la tierra y sus culturas.

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América Latina posee la mayor selva tropical y la mayor biodiversidad del mundo. Sin embargo, toda esta riqueza está amenazada por la destrucción de bosques y ecosistemas con la expansión de monocultivos, grandes proyectos de energía y una economía basada en el extractivismo.

Una cuestión clave para el futuro de la humanidad son los efectos del cambio climático. En el contexto internacional, varios países latinoamericanos son de gran importancia en la construcción de un nuevo acuerdo global que es imprescindible para contener los efectos de ese fenómeno. Por otro lado, mientras países como Brasil y México están en el grupo de los mayores contaminadores del mundo, grandes potencias y grupos políticos recogen discursos que desconocen la emergencia que enfrentamos.

Actualmente estamos ante una crisis ambiental sin precedentes, donde la acción humana está llevando el planeta al límite y amenaza la subsistencia de comunidades y culturas arrasando con su entorno. Junto con eso, jóvenes que defienden la tierra, el ambiente y el territorio, viven bajo amenaza y se les niega la participación en decisiones que afectarán su futuro. El Acuerdo de Escazú fue un esfuerzo inicial regional a mayor y mejor participación ciudadana, pero aún falta mucho para lograr consensos desde lo local y lo regional, y mover a la ciudadanía hacia demandar acción de los políticos y las empresas.

Trabajaremos en estrategias e ideas para potenciar su trabajo y resguardar su integridad en la defensa de la tierra y sus culturas.